Oye, no te limites… Si Dios quien te creó no ha puesto límites a tu vida, ¿por qué los pones tú?
Vive abierto a las oportunidades, que se presentan cada día, que son incalculables. Aprovecha cada momento de tu vida y ábrete a las nuevas experiencias.
A veces decimos: ya concluí o hasta aquí llegué ¿quién te ha hecho creer que eso es cierto? La vida comienza a los 42, a los 60 o 75 años, ¿no has escuchado la historia de esa persona que encontró el amor a los 75 años?
¿Por qué te limitas, si la vida no te pone límites? Debes estar preparado para el próximo paso, para la próxima aventura, para el próximo viaje, para el siguiente reto…
¡No te limites! Ensancha tus horizontes y vive listo para el próximo proyecto, ahí radica la magia de la vida. No permitas pensamientos que mermen tus esperanzas, tus intereses y propósitos, pregunta siempre ahora qué sigue, dónde está lo nuevo. Saca de tu vida el temor que te ata a lo seguro, al final de cuentas, que pudiera suceder, acaso que fracase este proyecto, pues inicio de nuevo, aún estoy vivo. Por eso ten en tus manos las herramientas y los recursos necesarios para volver a construir, para iniciar algo nuevo, para seguir caminando, no te paralices ni te instales, que la vida inicia cada día.
Muchas veces la zona de confort, situación o estado de vida en donde nos sentimos cómodos y seguros, se convierte en una cárcel en la que entramos para establecer nuestras limitaciones y más que zona de confort se convierte en zona del temor. Temor a pensar diferente, a arriesgarnos, a cambiar, a entrar en conflicto con quienes amamos o con nuestras creencias y paradigmas.
No permitas que tus creencias limiten tu crecimiento. Eres una estrella en el firmamento de la vida y brillas con luz propia, no necesitas que nadie te de su aprobación para esparcir tu luz. La felicidad es para vivirla hoy y desde donde te encuentras, no construyes felicidad para mañana, disfrútate, amate, acéptate tal y como eres.
¿Por qué limitas tus sueños?, si el cielo sobre tu cabeza es espacio abierto y de allí viene la gracia que alienta tu vida cada día.
Asume la responsabilidad de la propia vida. Nadie ha de vivir tu vida, por lo tanto, nadie es responsable de lo que te suceda.
¡No te limites!