LA DANZA DE LA VIDA

Yo no busqué mi vida por eso entiendo que no me corresponda terminarla. Hasta que el aliento me acompañe, aquí estaré dando la batalla como lo he hecho desde el día en que nací. Nadie dijo que sería fácil, tampoco difícil.  Solo llegué a este mundo por voluntad del Ser Superior en quien creo y con un propósito que trato de ubicar y cumplir cada día.

Quienes han sido cercanos a mí, seguro me habrán visto concluir alguna tarea y decir “uno no sabe si volveré mañana”. No sé cuándo ocurrirá mi partida por eso vivo cada momento como el último y sin tener muchos pendientes. Además, trato de dejar nota de los pocos pendientes, por si alguien debe darle continuidad.

La vida es un regalo y entiendo que también la muerte lo es, siempre que damos sentido de eternidad a la vida. Me entero de personas de más de 100 años vividos o terminando después de ese número de años y solo pido a Dios que mis días no sean tan largos, también ruego por que me libre de una larga enfermedad y me regale una partida sin preámbulos, de todos modos, estar en salud es un regalo y por ende la larga vida, pero ya sea larga vida o corta agradezco el regalo.

No me apego a lo que ahora tengo, porque ya viví el proceso de aligerar el equipaje y la libertad que he alcanzado no quiero perderla.

Es mi deseo aprovechar el presente, el aquí y el ahora, valorar a quienes vamos compartiendo el camino de la vida, agradecer su presencia y disfrutar la compañía porque tampoco sabemos hasta que momento continuaremos este viaje. Deseo evitar los dramas, no busco competencias ni discusiones estériles, no es mi intención participar en luchas de poder ni obtener primeros puestos, con que me permitan estar al lado es suficiente y a partir de ahí colaborar en la construcción de un mejor espacio para la vida compartida.  Mientras, disfrutemos el proceso, bailemos y saltemos en el camino. Cuando escribo esta idea vienen a mi memoria los días en que iba caminando de mi casa hasta la escuela y saltaba con un pie y con el otro, en los bordes del camino…

Vivamos el hoy, este día que tenemos por delante, marquemos esa llamada pendiente, enviemos el mensaje de cariño, hagamos esa visita que deseamos, aun cuando pensemos que la otra persona debió visitarnos primero, demos ese abrazo que la pandemia nos hizo postergar, preparemos y compartamos esa comida que nos agrada, no dejes para mañana la expresión del cariño y admiración que sientes por alguien, pues mañana es posible que ya no esté, ya esto me pasó alguna vez.  Respiremos libremente el aire gratuito que se nos proporciona, asombrémonos de la belleza que la naturaleza nos regala cada día y seamos solidarios y empáticos con quien necesite nuestro apoyo.

Libérate de las limitaciones que nos imponen los estereotipos de comportamientos, que si es pura tu intención así será el bien que harás, aunque a más de uno no le parezca adecuado, oportuno o correcto, pero no es tu responsabilidad esa percepción, es fruto de sus propias limitaciones y ésas no las controlas tu.

Vive el presente, deja atrás el pasado: lo que fui, lo que tuve, lo que deseé, lo que perdí. Dirige tu mirada hacia el futuro, disponte a dar la vida en cada acción, pensando que hoy estamos y mañana, no sabemos.

Olvídate de que eres el ombligo del mundo, que contigo o sin ti, la tierra continuará dando vueltas. Eres importante en lo que haces hoy, pero si mañana no estás otra persona asumirá tus tareas y las realizará, aunque nunca lo hará igual que tú, tal vez mejor, pero seguro que lo hará diferente.

Has todo lo que ahora puedes hacer, tal vez algún día ya no puedas hacerlo o quizás Dios tenga otros planes para ti y ya no estes en el mismo lugar.

De todos modos, agradece estar vivo y tener posibilidades… cuando ya no las tengas, también agradece haber vivido y cuando ya no estemos, solo los buenos momentos que compartimos perdurarán en las mentes de quienes nos aman.

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7 comentarios sobre “LA DANZA DE LA VIDA

  1. Como conectamos al leer el blog toca una vez más esa es la realidad de la vida que nos toca vivir a cada uno.
    La clave es ser agradecidos del presente y lo afortunados que somos ya que podemos tomar y dejar donde el dar siempre nos llevará a la gratificación interna de disfrutar la vida de una manera especial.

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